Modo Iceberg OFF.

A veces pienso que en mandar todo a la mierda, y está mal. No el hecho de mandar todo a la mierda, sino en pensarlo. No hay que pensar tanto, no es bueno. Me gusatría desconectar mi parte racional un rato, a ver que pasa. Supongo que quedaría colgada mirando la nada, sintiendo que mis ojos pasan de un teleobjetivo a un granangular, llegando a panorámica si el cuelgue dura mucho. No saldría nada, porque no me imagino a mi sin pensar las cosas. No me sirve mi persona en estado vegetativo, porque no surgiría nada bueno, nada malo, NADA. En realidad me gustaría probar otra cosa. Hay momentos que siento una brisa que no hay, un positivismo que surge de la nada, una sonrisa interior y ganas de hacer cosas, nada puntual, solo hacer. Eso pasa en situaciones específicas que puedo clasificar, y hasta ahí voy bien: se cuando, se porque, las entiendo. Pero me revuelve la cabeza cuando pasa sin saber bien porqué y ahí es cuando pienso en mandar todo a la mierda. Tengo que poner en OFF mi Modo Iceberg de sentir las cosas. Todo es tan claro, tan fácil, tan simple. Lástima que mi interruptor vino fallado, y vuelve a ON antes de que mi cabeza se conmueva y deje de pensar un rato.